Síntesis de los resultados
El espécimen fue recolectado en Marruecos por Manuel Martínez de la Escalera y Pérez de Rozas en el curso de la expedición organizada por la Real Sociedad Española de Historia Natural, el 29 de julio de 1905.
Reconstrucción cronológica de la procedencia
Esta serpiente fue recolectada por Manuel Martínez de la Escalera y Pérez de Rozas (1865-1949) en la expedición a la ciudad marroquí de Mogador —la actual Essaouira— en 1905. Forma parte de los quince especímenes listados de cordados que tienen la misma fuente de ingreso. Esta expedición es la primera que hizo Martínez de la Escalera a Marruecos y marca el inicio de una relación con el país que determinaría su futuro profesional, su trayectoria científica e, incluso, su vida personal (Martín e Izquierdo, 2011), puesto que allí viviría de manera más o menos permanente durante diez años (Martín, 2011) y moriría en 1949.
Los primeros expedientes que hemos encontrado en el archivo del Museu de Ciències Naturals en relación con Manuel Martínez de la Escalera son de 1915. Por lo tanto, no se han podido cruzar datos específicos sobre este viaje de 1905. Los datos más relevantes de la expedición se han recopilado a través de las diferentes biografías y artículos existentes sobre el personaje.
En enero de 1905, en una reunión de la Real Sociedad Española de Historia Natural, se realizó un debate sobre el destino de las próximas expediciones científicas en el que Martínez de la Escalera sugirió que sería oportuno llevar a cabo una exploración de Marruecos. Para preparar la misión, se creó la Comisión de Exploración y Estudio del Noroeste de África, que con fondos del Estado y aportaciones diversas gestionadas por la misma sociedad funcionó durante más de dos décadas. Además de una donación de la casa real de cinco mil pesetas, la expedición recibió numerosas colaboraciones de figuras políticas significadas de Madrid implicadas en el proyecto colonial. Entre otros, la de la infanta María Eulalia de Borbón, que aportó unos «magníficos anteojos Goertz de campaña» (Bol. R. Soc. Hist. Nat., t. V, 1905: 326). Fue entonces cuando Martínez de la Escalera fue nombrado comisario de la comisión y destinado a Marruecos (González Bueno y Gomis Blanco, 2007: 315).
La expedición se inició el mes de junio de 1905 y finalizó en septiembre de aquel mismo año después de haber pasado por Algeciras, Tánger, Casablanca, Safí, Mazagán y Mogador. Tal como explica Jorge Pina:
«Manuel Martinez de la Escalera eligió Mogador como objetivo de su empresa. […] Mogador era el puerto más meridional de Marruecos y por tanto del noroeste de África. También era la puerta del Sahara, tanto para las caravanas como para los exploradores […] y allí vivía, como canciller del consulado español, Cristóbal Benítez, el español que acompañó a Oskar Lenz en su viaje a Tombuctú en 1880, lo que para Manuel Martínez de la Escalera era importante. […] Mogador también era frontera, y profunda. La región al sur de Mogador era una zona no controlada, ni por el sultán ni por ninguna potencia extranjera y, por la tanto, poco visitada y estudiada. Desde el primer momento, Manuel Martínez de la Escalera quiere explorar esa zona, y quiere ser el primero en hacerlo» (Pina, 2011).
Entre los españoles miembros de la misión estaba Lucas Fernández Navarro (1869-1930) —que se dedicó a estudiar la constitución geológica de las islas Chafarinas y de algunos territorios de la costa cercana— y Manuel Martínez de la Escalera (1865-1949) —que, acompañado por un cazador/recolector y por un preparador, se centró en el estudio de la fauna de Mogador. Martínez de la Escalera partió de España con muchísimas «cartas de presentación para los cónsules y agentes diplomáticos, que nos han sido facilitadas por el Ministerio de Estado, y otras de recomendación para los judíos más influyentes, donadas á nuestro consocio por el Dr. Pulido, con una complacencia que la Sociedad debe agradecerle altamente» (Bol. R. Soc. Hist. Nat., t. V, 1905: 325).
La expedición duró tres meses. En septiembre de 1905 ya estaban de vuelta en Madrid, habiendo dejado instalados en Mogador a sus acompañantes, que continuaron recolectando y enviando ejemplares de todo tipo de especímenes. Se montó un pequeño laboratorio en Mogador y Martínez de la Escalera propuso que Josep Buigas i Dalmau, cónsul español, y Juan Ratto —a quien llamaban Pepe y era el dueño del elitista Club Mogador— entraran como socios en la Real Sociedad Española de Historia Natural. También es significativo que, además, Martínez de la Escalera dedicara a cada uno de ellos el nombre de una especie.
La expedición fue exitosa y se recolectaron una gran cantidad de vertebrados e invertebrados. Por este motivo, los especímenes recogidos fueron expuestos en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, en el actual edificio de la Biblioteca Nacional. El objetivo era dar publicidad a las actuaciones de los expedicionarios con una amplia muestra de material zoológico, geológico y botánico de procedencia norteafricana.
Estimación de la procedencia
Essawira, 1905
Posibles clasificaciones alternativas
Estudiar este tipo de espécimen en relación con su contexto cultural. En Marruecos existen personas que se dedican específicamente a la caza de reptiles con finalidades económicas y/o religiosas: los Aïssaoua, una cofradía religiosa islámica considerada como una de las más heterodoxas (Brunel, 1926).
En la actualidad, según el proyecto Moroccoherps, bajo el término «Aïssaoua» podemos diferenciar a dos grupos: «los “Aïssaoua tradicionales”, que suelen ser personas pobres, dedicadas a la captura y venta de serpientes, a exhibiciones puntuales y, en algunos casos, practicantes de los rituales místicos mencionados anteriormente.
En segundo lugar, encontramos a los “Aïssaoua de ciudad”, que parecen haber abandonado las prácticas de estoicismo y curanderismo, para dedicarse en exclusiva a las exhibiciones de encantamiento; son los que hallamos en lugares públicos y a los cuales se denomina habitualmente como “encantadores de serpientes”».
Fuentes complementarias
Bibliografía:
Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1905). Tom V.
Brunel, R. (1926). Essai sur la confrérie religieuse des ’Aissaoua au Maroc. París: Geuthner.
Driss Ottmani, H. (1997). Une cité sous les alizés: Mogador, des origines à 1939. Rabat: La Porte.
Macías Fernández, D. (2015). Las campañas de Marruecos (1909-1927). Revista Universitaria de Historia Militar, 2(3), 58-71.
González Bueno, A. (2004). Entre balas y lodos: El trabajo de los naturalistas españoles en el norte de Marruecos (1909-1927). Dins H. de Felipe, L. López-Ocón i M. Marín (ed.), Ángel Cabrera: Ciencia y proyecto colonial en Marruecos (p. 27-45). Estudios árabes e islámicos: Monografías, 7. Madrid: CSIC.
González Bueno, A. i Gomis Blanco, A. (2007). Los territorios olvidados: Estudio histórico y diccionario de naturalistas españoles en el África hispana (1860-1936). Madrid: Doce Calles.
Marín, M. (10 de setembre del 2013). Exploración y colonialismo: José Álvarez Pérez, cónsul de España en Mogador en el siglo XIX. Scripta Nova, XVII(450). <https://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-450.htm>.
—(2019). El diario de Cesáreo Fernández Duro durante la expedición del Blasco de Garay (1877-1878). Dins Youssef Akmir (ed.), Entre Mogador y Sidi Ifni: Españoles en el sur de Marruecos entre los siglos XVIII y XX (p. 83-114). Córdoba: Almuzara.
Martín Albaladejo, C. i Izquierdo Moya, I., ed., (2011). Al encuentro del naturalista Manuel Martínez de la Escalera (1867-1949). Monografia del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid: CSIC.
Pina, J. (2011). Manuel Martínez de la Escalera por el Noroeste de África: Expediciones entre 1905 y 1912. Dins C. Martín Albaladejo i I. Izquierdo Moya (ed.), Al encuentro del naturalista Manuel Martínez de la Escalera (1867-1949) (p. 366-367). Madrid: Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC.
Pleguezuelos, J. M. (2021). Culebra bastarda – Malpolon monspessulanus. Dins P. López, J. Martín i F. Martínez-Freiría (ed.), Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Madrid: Museo Nacional de Ciencias Naturales. <http://www.vertebradosibericos.org/>.
