Síntesis de los resultados
Se trata de una hacha de guerra probablemente fabricada en Balbelasan, asentamiento que, a finales del siglo XIX, se integraba en la demarcación de Bontoc. A pesar de que no se ha conseguido determinar el momento y las circunstancias concretas en que el artefacto MEB 134-154 fue recolectado, podemos especular sobre la posibilidad de que fuera un botín de guerra, apelando al contexto de intervencionismo militar practicado por la administración española sobre el territorio durante el período histórico en que el coleccionista, un oficial del Ejército y de la Guardia Civil, fue destacado allí. El objeto fue recolectado entre el momento de su llegada, el 25 de diciembre de 1882, y la celebración de la Exposición General de las Islas Filipinas en 1887, donde fue exhibido.
* A pesar de que el Museu Etnològic custodia otros artefactos que podrían corresponder al que fue exhibido en la exposición, este es el único que los inventarios de la institución atribuyen a José Coronado.
Reconstrucción cronológica de la procedencia
Esta hacha de guerra fue fabricada con toda probabilidad en Balbelasan, pero no podemos, a día de hoy, determinar el momento ni las circunstancias concretas en que fue recolectada.
La primera noticia que tenemos del artefacto MEB 134-154 la encontramos en el Catálogo de la Exposición General de las Islas Filipinas celebrada en el parque del Retiro de Madrid durante el verano de 1887. Se trata muy posiblemente del objeto que aparece en el catálogo de la exhibición bajo la categoría «Aligua de dos manos, de id. id. [igorrotes de Bontoc]» (Catálogo: 278). Después de concluido el acontecimiento, muchos de los artefactos permanecieron en el Museo Biblioteca de Ultramar, hasta que este fue clausurado en 1896. Este museo había sido instalado en el Palacio de la Minería, recinto donde se exhibieron estas piezas durante la celebración de la exposición, pero probablemente no fue ese el caso de la colección en que se integra este artefacto. Seguramente este viajó a Barcelona una vez clausurada la muestra. Según la propia museografía del Museu Etnològic i de Cultures del Món de Barcelona, la colección en que se integra el artefacto fue exhibida durante la Exposición Universal de Barcelona de 1888, a pesar de que no hay evidencias al respecto y posiblemente se trate de un error.
En agosto de 1895 la colección en que se integra el artefacto ya se encontraba en Barcelona. En concreto, en el barrio de Sant Gervasi, donde residía el coleccionista, y donde la Junta de Museos de Cataluña envió a una comisión técnica, entre octubre y noviembre del mismo año, para examinarla. En esa ocasión, la colección no habría sido considerada apta para figurar en los museos catalanes. Un año después de la pérdida de la colonia filipina, y quizá por esa razón, fue aceptada, y finalmente depositada en el Museo Histórico Arqueológico en 1900.
En 1902, según el anuario estadístico de la ciudad de Barcelona, la colección se encuentra en el Museo de Arte Decorativo y Arqueológico, situado en el Palacio Real (actual edificio del Parlament de Catalunya); en 1903, en el Museo de Objetos Curiosos y Hechos Memorables y, en 1907, en el Museo de Arte Decorativo y Arte Arqueológico. Estos últimos cambios no fueron más que nominales, porque en la práctica los artefactos permanecieron en el mismo lugar, es decir, en el edificio de la Ciutadella.
En 1932, el Museo de Arte Decorativo es desmantelado y las colecciones se reparten entre el Museu d’Arqueologia de Catalunya y el Museu Nacional d’Art de Catalunya para su formación. Probablemente, la colección fuera a parar a este último, atendiendo al hecho de que en la actualidad podemos hallar documentos vinculados a la misma —básicamente relaciones de artefactos— en el archivo de este museo.
De acuerdo con una de estas relaciones, las colecciones abandonan el Museu Nacional d’Art de Catalunya con destino al Arxiu Històric de la Ciutat y al Museu Etnogràfic antes de 1941. A pesar de que no se conoce la existencia de ningún museo etnológico o etnográfico en estas fechas, según los conservadores del museo el proyecto ya existía en la década de 1930.
Probablemente los artefactos permanecieron en los almacenes del Arxiu Històric hasta que, antes de 1949, la Junta de Museos cedió la colección para la formación del Museu Etnològic de Barcelona, institución donde permanece hasta el día de hoy.
Estimación de la procedencia
A pesar de que no podemos concretar las circunstancias exactas en que el artefacto MEB 134-154 fue recolectado, posiblemente hablamos de una hacha de guerra fabricada en Balbelasan, un asentamiento situado en la zona norte de la antigua demarcación colonial de Bontoc. Según el antropólogo Albert Ernest Jenks, que hizo trabajo de campo entre los pobladores de Bontoc pueblo (actualmente Bontok), las hachas de guerra de mango largo eran fabricadas en Balbelasan. Esta clase de hacha llegaba al área de Bontoc pueblo a través del intercambio (Jenks, 1905: 129).
Posibles clasificaciones alternativas
Aliwa fabricada en Balbelasan, pueblos igorrotes.
Fuentes complementarias
Bibliografía:
Negociado de Estadística (1902). Anuari estadístic de la ciutat de Barcelona. Barcelona: Ajuntament de Barcelona. <http://hdl.handle.net/11703/94371>.
Negociado de Estadística (1907). Anuari estadístic de la ciutat de Barcelona. Barcelona: Ajuntament de Barcelona. <http://hdl.handle.net/11703/94376>.
Exposición General de las Islas Filipinas (1887). Catálogo de la exposición general de las Islas Filipinas celebrada en Madrid… el 30 de junio de 1887. Signatura: AHM/633416. Madrid: Biblioteca Nacional de España.
Jenks, A. E. (1905). The Bontoc Igorot. Manila: Bureau of Public Printing. <https://www.gutenberg.org/ebooks/3308>.
Sánchez Gómez, L. Á. (2003). Un imperio en la vitrina: El colonialismo español en el Pacífico y la Exposición de Filipinas de 1887. Madrid: CSIC Press.