Comparte

Mosaic (cap d'un vent) i noia tetuania.
Institución dipositaria
Museu Etnològic i de Cultures del Món (MuEC)
Nº de inventario institucional
MEB 2584
Breve descripción institucional
Mosaico (cabeza de un viento) y muchacha tetuaní
Aviso: Definición otorgada en los inventarios de la propia institución, que no compartimos necesariamente y que en algunos casos puede resultar ofensiva o fruto de prejuicios.
Material/es
Copia positiva de una fotografía, realizada con un objetivo 6 x 6
Aviso: Términos utilizados por las instituciones científicas y académicas para describir los fondos materiales custodiados por los museos de etnología, historia natural o zoología, que pasan por alto otras formas no occidentales de designación y clasificación. No compartimos necesariamente estos términos, que sin embargo utilizamos en una investigación de procedencia como esta.
Medidas
No constan en los inventarios del museo
Método de adquisición
Colección fotográfica de las expediciones a la zona norte del Protectorado español sobre Marruecos de 1954 y 1955-1956
Aviso: Se hace referencia al proceso de adquisición del objeto/espécimen por parte de la institución que actualmente lo custodia, y no a la primera transferencia que sufrió desde su contexto original. Si disponen de informaciones que puedan ser relevantes sobre la procedencia de la pieza/espécimen, por favor, escriban a comunicacio@traficants.org.
Lugar de adquisición
Tetuán (تطوان en árabe, ⵜⵉⵟⵟⴰⵡⵉⵏ en tarifit, romanizado: Tiṭṭawin), Marruecos
Aviso: Dato extraído de los fondos documentales de la institución, que puede resultar erróneo o mal transcrito. Conservamos la toponimia histórica (a menudo de origen colonial) para dar coherencia a la investigación.
Lugar de producción/origen
Tetuán (تطوان en árabe, ⵜⵉⵟⵟⴰⵡⵉⵏ en tarifit, romanizado: Tiṭṭawin), Marruecos
Aviso: Dato extraído de los fondos documentales de la institución, que puede resultar erróneo o mal transcrito. Conservamos la toponimia histórica (a menudo de origen colonial) para dar coherencia a la investigación.
Colector/a
Eudald Serra i Güell
Aviso: Los nombres personales o institucionales que aparecen, a menudo asociados al orden colonial, pueden resultar ofensivos o fruto de prejuicios. Empleamos estas referencias para dar coherencia a la investigación.
Donante
Eudald Serra i Güell
Aviso: Los nombres personales o institucionales que aparecen, a menudo asociados al orden colonial, pueden resultar ofensivos o fruto de prejuicios. Empleamos estas referencias para dar coherencia a la investigación.
Grupo de adscripcion
Yeblí [sic]. Originaria de Jbala, la región noroccidental de Marruecos, arabófona, de la que forma parte Tetuán
Aviso: Dato extraído de los fondos documentales de la institución, que puede resultar erróneo o mal transcrito, y que no necesariamente compartimos. Para dar coherencia a la investigación conservamos una terminología (tribu, pueblo, etnia, raza, país, etc.), creada o manipulada durante el período colonial.
Titular de los derechos de propiedad legales
Ajuntament de Barcelona
Aviso: Se hace referencia al/a la depositario/a de los derechos reconocidos por los sistemas jurídico-legales de las antiguas metrópolis coloniales, con independencia de los derechos de propiedad que puedan emanar de las comunidades de origen.

Síntesis de los resultados

Fotografía de una joven frente a los mosaicos del patio exterior del Museo Arqueológico de Tetuán. Creemos que se trataba de una joven de dieciséis años llamada Hafifa bent Dahaman bien Burrahay [sic], que fue fotografiada por Eudald Serra en la segunda y tercera expedición del MEC a la zona norte del Protectorado español sobre Marruecos. La chica estaba confinada en el reformatorio femenino musulmán de Tetuán, lo que explicaría su accesibilidad y la facilidad para poder encontrarla, veinte meses después. El cliché n.º 2583 corresponde a la fotografía hecha durante el mes de abril de 1954 y el n.º 2584 a la fotografía hecha, con bastante probabilidad, el 21 de enero de 1956.

Reconstrucción cronológica de la procedencia

Fotografía de una joven frente a los mosaicos del patio exterior del Museo Arqueológico de Tetuán. Resulta difícil determinar la fecha y todavía más identificar a la persona. Como sabemos, los inventarios del MuEC no distinguen entre las fotografías que provienen de la expedición de 1954 y las de la expedición de 1955-1956, y esto supone una primera dificultad. Un segundo escollo proviene del hecho de que, a pesar de que la fotografía fue tomada por Eudald Serra en el marco de su búsqueda de modelos para las «esculturas antropológicas», no tenemos la certeza de que posea una relación directa con ninguno de los bustos propiedad del MuEC, y por tanto los datos de identidad de aquellos/as modelos que habrían posado para las esculturas, recogidos por los expedicionarios, quizá no sean válidos.

Hay un hecho que, en cambio, parece muy significativo. La misma persona fue fotografiada, al parecer un tiempo más tarde, tal como puede captarse en la siguiente fotografía de la colección, la n.º 2584, con una vestimenta y una pose ciertamente diferentes, pero también frente a otros mosaicos del Museo Arqueológico. Así, tenemos constancia de que la fisonomía de la chica interesaba bastante al fotógrafo y escultor, Eudald Serra, ya que tomó una foto de la misma persona dos veces, y, por otro lado, disponemos de una referencia, extraída de los cuadernos de viaje del mismo Serra correspondientes a la tercera expedición, de 1955-1956, con fecha de 21 de mayo de 1956, que menciona a una chica a la que había empezado a modelar el año anterior, pero que ahora «está más mayor y más mujer» (Serra, Cuadernos de viaje, 1947-1991). La hipótesis, por tanto, de que la chica en cuestión hubiera sido fotografiada por primera vez (pieza n.º 2583) durante la segunda expedición, en abril de 1954, y que, transcurridos veinte meses después, Serra hubiera vuelto a retratarla, en enero de 1956 (pieza n.º 2584), nos parece bastante verosímil. Por otro lado, lo que justificaría la disponibilidad de la chica sería su confinamiento en el reformatorio femenino musulmán de Tetuán, un edificio ya desaparecido donde se recluía a chicas que presentaban conductas que la administración colonial quería «enderezar». Como puede verse en las fotos n.º 2590, 2593, 2594 y 2597, la visita al reformatorio de Tetuán fue explícita tanto en la segunda como en la tercera expedición y, de hecho, el mismo Serra menciona en sus diarios que ya había visto a la chica en cuestión el año anterior, cuando la había utilizado como modelo para confeccionar «un busto» (Serra, Cuadernos de viaje, 1947-1991).

Cap antropomòrfic de bronze
Cabeza antropomórfica de bronce. Busto núm. 285-1.

También sabemos, en este sentido, que todo ese interés por parte de Serra culminó en la ejecución de una escultura. Si la chica fue utilizada como modelo para la ejecución del busto n.º 285-1 (véase foto) —hecho que podría parecer verosímil al comprobar las facciones del rostro esculpido—, entonces la identidad de la joven debería determinarse teniendo presente su condición de tetuaní. En el Diario de campo correspondiente a la tercera expedición (MEB L128 07 02), Panyella menciona el nombre de los/las modelos que han sido esculpidos por Serra, y hace dos referencias a chicas jóvenes de Tetuán: Hafifa bent Dahaman ben Burrahay [sic], entonces de dieciséis años, y Sohora ben Laarbi El Liahandi [sic], también de dieciséis años. En el caso de Hafifa, el mismo Panyella indica que sirvió como modelo de la «cabeza y busto de mujer joven», algo que resulta congruente. En cualquier caso, no disponemos de más datos que permitan aclarar de cuál de ellas se trataba, dando por sentado que, tal como demostramos, la pieza 285-1 (y 285-1 bis) necesitó de dos modelos diferentes, una para esculpir el rostro y otra para el busto propiamente dicho.

No nos consta que la fotografía en cuestión haya sido utilizada en ninguna de las exposiciones que el MEC/MEB/MuEC ha dedicado a Marruecos a lo largo de los años. Si la hipótesis que apuntamos es cierta, la fotografía se habría incorporado al fondo del MEC durante el mes de mayo de 1954, mientras que la fotografía inventariada como n.º 2584 habría sido incluida en los últimos días de enero de 1956.

Contexto de adquisición

«La segunda expedición a Marruecos, que tuvo lugar entre el 9 de abril y el 1 de mayo de 1954, fue sin duda la más ambiciosa de cuantas se organizaron con destino a Marruecos. El 20 de agosto de 1953, el Residente General francés en Marruecos, el general Guillaume, provocó un golpe palaciego y envió al sultán Mohamed V al exilio de Madagascar, vía Córcega (Rivet, 2012: 341). Una mezcla de solidaridad e indignación atravesó Marruecos, impactando también en el Protectorado español, de manera que las acciones armadas de la resistencia contra la colonia francesa se multiplicaron exponencialmente (Zade, 2006: 153). El exilio no hizo más que acentuar la naturaleza carismática del poder del sultán, ofreciendo a sus súbditos un modelo de abnegación y sacrificio que actuó como coagulante del movimiento nacionalista a ambos lados de la frontera colonial. Las autoridades españolas del protectorado, que según parece no habían sido informadas de la decisión tomada por sus homólogos franceses, rechazaron rotundamente la deportación del sultán legítimo y su sustitución por un pariente, Mohamed ben Arafa, identificado por los marroquíes como un simple títere de los franceses. Barruntando incluso la posibilidad de una secesión de la zona española, el alto comisario García Valiño se dejó llevar por intereses cortoplacistas y aumentó más si cabe la presión sobre el protectorado vecino, llegando “a apoyar las actividades de la resistencia marroquí contra la ocupación francesa […] cuyos miembros encontraron en la zona española refugio y todo tipo de facilidades, incluido el suministro de armas y municiones” (Madariaga, 2019: 568-569). Por bien que se tratase de una calma artificial, que sin duda precedía a la tempestad, el Protectorado español sobre Marruecos prorrogaba un período de estabilidad y de ausencia de grandes tensiones políticas que sin duda favoreció los intereses de los expedicionarios del MEC en su segunda incursión en el país.

»En el informe correspondiente a la expedición de 1954, redactado con toda seguridad por Panyella, podemos percibir las grandes líneas que presidían las iniciativas del MEC en el Protectorado español, los grandes principios que justificaban semejante dedicación. En primer lugar, y tras la alusión habitual al “interés etnológico extraordinario” del país, Panyella destacaba la necesidad de constituir colecciones de “la zona de influencia española”, donde además la logística venía facilitada por el hecho de que no se precisaban visados ni cambios de moneda. Ahora bien, ante la constatación de los medios financieros limitados con que contaba el MEC, Panyella proponía dilatar la recolección en varias etapas, contando precisamente con las facilidades señaladas, para así poder “orientar científicamente” el estudio y la recolección. En lo que se refiere a la segunda finalidad, la recogida de piezas para el museo que representaba, esa “orientación científica” significaba para Panyella proceder a “adquisiciones poco vistosas”, así como “un intento de obtención exhaustiva de tipos e iniciación de series” (MEB L128 06 07).

»Si el regateo litúrgico en los grandes bazares destinado a la adquisición de piezas suntuarias parecía desmentir esa orientación científica, es cierto que las campañas de la década de 1950, en especial la de 1954, se ajustaban mejor a ese ideal. En primer lugar, y como ya se ha señalado, las condiciones sociales y políticas del protectorado aún permitían una exploración exhaustiva del territorio, visitar las áreas más inaccesibles y realizar compras en los zocos rurales más aislados. El itinerario seguido en la segunda expedición, que saliendo de Tetuán atravesaba Gomara y todo el Rif de oeste a este, alcanzando localidades muy cercanas a la frontera con el Protectorado francés como Afso (Afsou) o Driuch, completaba parcialmente las exploraciones de la expedición precedente y, en cierto modo, permitía el cumplimiento de los objetivos de lograr una panorámica global de la producción material de las cabilas del protectorado.

»En segundo lugar, tal vez influidos por la presencia de David M. Hart en el protectorado, quien desde 1952 estaba realizando un trabajo de campo intensivo en el Rif central, entre los Ayt Waryaghar (Beni Urriaguel en la nomenclatura colonial al uso), a su llegada a Tetuán, Panyella manifestó ante García Figueras su intención de llevar a cabo un estudio monográfico sobre los Beni Bu Gafar, una cabila costera situada al oeste de Melilla, a la manera de la antropología funcionalista, hegemónica en las academias en aquel momento (MEB L128 06 03). Panyella, que parecía tener dudas sobre la cabila más idónea en que llevar a cabo su estudio monográfico, solicitó diversas cartas de recomendación, dirigidas a los interventores de las cabilas en discusión. Cecilio Giménez Bernal, el secretario del Museo Arqueológico y verdadero fixer de las expediciones del MEC al protectorado, dirigió varias notas a sus contactos en el Rif oriental, indicando que la naturaleza de la expedición del MEC era “el estudio de la etnología del territorio” (MEB L128 06 05). Por su parte, Fernando Frade, funcionario de la DAI, escribió una carta a Ricardo Santandreu, interventor de Beni Sicar, mientras Santiago Alonso García Pimentel, que trabajaba en la Información Territorial del Quert, hacía lo propio con el interventor de Driuch, Rafael Hernández Franch (MEB L128 06 05). La maquinaria del protectorado parecía bien engrasada.

»Así, tras varias jornadas en Tetuán, en las que los expedicionarios alternaban algunas horas de estudio en la biblioteca de la Delegación de Asuntos Indígenas con las habituales adquisiciones en el zoco, convertidas casi en una rutina, pusieron rumbo a Alhucemas (Al-Hoceima), con la intención de realizar adquisiciones en la cabila de los Ayt Waryaghar. Sabemos, por unas notas recogidas en el diario personal de Eudald Serra conservado en la Fundació Folch, que en Izmoren contactaron con David Hart, y que el antropólogo norteamericano y el propio Serra levantaron el plano de una casa abandonada en aquella localidad (Cuadernos de viaje, 1947-1991). Esa demora en su viaje hacia el Rif oriental, donde tenían previsto realizar el estudio monográfico, y en definitiva su dedicación a las prioridades impuestas por la adquisición de piezas para el museo, sugiere claramente que una parte de las investigaciones “científicamente orientadas” se relegaba para una futura nueva visita.

»Sea como fuere, el estudio monográfico nunca llegó a ver la luz. La propia dinámica de las expediciones, con estancias aproximadas de un mes en el territorio, y donde la prioridad era la recolección de objetos, hacía imposible una investigación semejante. Y si Panyella tenía previsto aplazar a un futuro inmediato esa tarea, lo cierto es que las condiciones políticas del protectorado comenzaron a degradarse rápidamente, de manera que en la tercera expedición, que tuvo lugar entre el 27 de diciembre de 1955 y el 25 de enero de 1956, la alternativa de un estudio monográfico que demandase una estancia prolongada en alguna cabila del interior se convirtió en una quimera. Al respecto de la expedición de 1956, Serra destacaba en su diario un importante incidente, con muertos y heridos —un atentado, con toda probabilidad—, que había obligado a realizar una parte del recorrido en autocar, en dirección a Alhucemas, acompañados de la Mehaznia (Cuadernos de viaje, 1947-1991). Sabemos también que poco después de la partida de los expedicionarios, el 5 de marzo de 1956, tuvieron lugar graves disturbios en Tetuán (Etxenagusia Atutxa, 2018: 195). La situación se había vuelto explosiva. En efecto, en el tiempo transcurrido entre la segunda y tercera expedición, la resistencia anticolonial y nacionalista había acabado por desbordar por completo a las autoridades francesas, que se vieron finalmente en la obligación de permitir, en medio de un estallido de júbilo colectivo, el regreso del sultán Mohamed V y su restauración en el trono, antesala de las negociaciones de La Celle-Saint-Cloud que, ya el 8 de noviembre de 1955, garantizaban el acceso de Marruecos a la independencia, alcanzada formalmente el 2 de marzo de 1956 (Rivet, 2012: 344). Las autoridades españolas, que habían apostado por un apoyo tácito al movimiento anticolonial, en la fantasía de que sus proclamas de amistad con los pueblos árabes bastarían para lograr mantener la zona española en condiciones de protectorado, se daban un baño gélido de realidad y, arrastradas por la corriente de la historia, se veían obligadas a negociar a regañadientes el acceso a la independencia de la zona norte, que se consumaría el 7 de abril de 1956, sumándose pues a la liberación del Marruecos francés (vegeu López Bargados, A. i Martín López, S. [2022]. Entre zocos e internados. Itinerarios y procedimientos en las expediciones del Museo Etnológico y Colonial de Barcelona al Protectorado español sobre Marruecos [1952-1956]. Ajuntament de Barcelona).

Estimación de la procedencia

Tetuán (تطوان en árabe, ⵜⵉⵟⵟⴰⵡⵉⵏ en tarifit, romanizado: Tiṭṭawin), Marruecos.

Posibles clasificaciones alternativas

El inventario tendría que hacer referencia al hecho de que los clichés n.º 2583 y 2584 retratan a la misma persona en un intervalo de tiempo que puede coincidir con la segunda y tercera expedición a Marruecos, y que disponemos de una identidad posible para la joven fotografiada: Hafifa bent Dahaman ben Burrahay [sic]. En cuanto a la información museográfica, habría que mencionar la existencia del reformatorio femenino musulmán como espacio de confinamiento en que, entre otras, se encontraba recluida la persona retratada.

Fuentes complementarias

Archivos:

Arxiu del Museu Etnològic de Barcelona
MEB, L128 06 03
MEB, L128 06 05
MEB, L128 06 07
MEB L128 07 02
MEB, L128 07 04

Fundació Folch de Barcelona
Eudald Serra. Cuadernos de viaje, 1947-1991

Bibliografía:

Alloula, M. (1986). The colonial harem. Minneapolis: University of Minnesota Press.

Etxenagusia Atutxa, B. (2018). La prostitución en el Protectorado español en Marruecos (1912-1956) (tesi doctoral). Barcelona: Universitat Pompeu Fabra.

Foliard, D. (2020). Combattre, punir, photographier. París: La Découverte.

Madariaga, R. M. (2019). Marruecos, ese gran desconocido. Madrid: Alianza.

Martín Corrales, E. (2002). La imagen del magrebí en España. Barcelona: Bellaterra.

—(2021). Muslims in Spain, 1492-1814: Living and negotiating in the land of the infidel. Leiden: Brill.

Mateo Dieste, J. L. (2002). La paraetnografía militar colonial: poder y sistemas de clasificación social. Dins A. Ramírez i Bernabé López García (ed.), Antropología y antropólogos en Marruecos (p. 113-133). Barcelona: Bellaterra.

—(2003). La «hermandad» hispano-marroquí. Política y religión bajo el Protectorado español en Marruecos (1912-1956). Barcelona: Fundació la Caixa.

Rivet, D. (2012). Histoire du Maroc. De Moulay Idris à Mohamed VI. París: Fayard.

Zade, M. (2006). Résistance et Armée de Libération au Maroc (1947-1956). Rabat: Haut Commisariat aux Anciens Résistants et Anciens Membres de l’Armée de Libération.