Síntesis de los resultados
La pata de elefante pertenece a la colección general del museo y fue curtida en la misma Escuela de Curtiduría de Igualada. Su estado de conservación es regular y actualmente se encuentra en el almacén de ligeros del edificio del museo. Llegó en 1957 y en los inventarios consta que fue una supuesta donación de Jordi Sabater Pi. El Museo de la Piel de Igualada, a pesar de tener una colección de origen colonial muy pequeña (doce piezas de origen guineano y veintiuna de Marruecos), llegó a contar con una sección colonial activa hasta la década de 1960, impulsada por iniciativa del primatólogo Jordi Sabater Pi, contexto que explicaría la existencia tanto de esta pieza como de otras de la colección.
Además de estas informaciones, en el fondo del museo no consta ningún otro dato que permita conocer su procedencia, aunque sí los hay en archivos secundarios. Por ejemplo, a través de la correspondencia conocemos el estrecho vínculo entre August Panyella, director del Museo Etnológico, Antoni Jonch, director del Zoo, el primatólogo Jordi Sabater Pi y el cazador Lluís de Lassaletta (a quien la correspondencia del Museo de la Piel de Igualada le envía saludos a través de Sabater Pi y que fue proveedor de algunas piezas donadas por el primatólogo), hecho que permite vincular esta pieza posiblemente al Jardín de Aclimatación de Bindung (Ikunde), situado cerca de la ciudad de Bata. Esta deducción también enlazaría con la legislación que limitaba la cacería de elefantes en Guinea, por peligro de extinción, en 1953, y donde las actividades científicas quedaban al margen y permitieron la continua explotación ecológica de la colonia.
Reconstrucción cronológica de la procedencia
La información proporcionada por el museo indica que la pieza fue adquirida en 1957. Pero, gracias al fondo Jordi Sabater Pi de la Universidad de Barcelona y a su correspondencia, sabemos también que la pata tardó más de lo previsto en ingresar en el fondo del museo. El 30 de junio de 1957, el presidente del Patronato —Joan Riba i Faura— y su secretario —F. de P. Gabarró— hacen constar a Sabater Pi, por mediación de la cuñada del primatólogo, que la pata de elefante no ha llegado. Según recoge el mismo documento, la cuñada se la reclamó a August Panyella, quien sabemos que también fue intermediario en este proceso como colaborador habitual de Jordi Sabater Pi en muchos negocios coloniales en Guinea. De hecho, la familia de la mujer de este último, Nuria Coca Estadella, era de Igualada y este vínculo es clave para entender la relación entre Sabater Pi y la institución. Desconocemos el tiempo que tardó en llegar la pata de elefante y las razones del retraso, pero tenemos la certeza de que el proceso de curtido se efectuó en la Escuela de Curtiduría de Igualada (normalmente por parte de un tal Sr. Vilarrubies, que seguía las indicaciones y el tratamiento que en muchas cartas de otras pieles especificaba el mismo Jordi Sabater Pi).
Es de este modo que podemos situar la caza y envío del animal entre marzo (cuando llegó otra remesa al museo de Jordi Sabater Pi donde no consta esta pieza) y junio de 1957 (fecha de la carta). No se referencian pagos por parte del museo; esta pieza oficialmente fue una donación. Aun así, hay que señalar que las nueve piezas que llegaron a través de Jordi Sabater Pi fueron depositadas con esta misma fórmula; no obstante, en la correspondencia es habitual hallar afirmaciones como las que siguen, firmadas por el presidente o el secretario: «en cuanto a los gastos que todo esto pueda ocasionarte, ya dirás lo que significan y cómo es debido arreglarlo» (1956) o «actualmente disponemos de fondos por si se presenta la ocasión de comprar alguna pieza» (1963). También sabemos que el museo asumía los gastos de la aduana, que en el envío de febrero de 1957 ascendieron a 425 pesetas.
Estimación de la procedencia
No hay ninguna información que permita conocer cuál fue el lugar de caza de la pieza, como tampoco los intermediarios que la vendieron, que intervinieron en la transacción o la donaron, pero un posible punto de partida sería Bindung (a quince kilómetros de Bata). El Jardín de Aclimatación de Bindung era un proyecto de August Panyella y Antoni Jonch, administrado por Jordi Sabater Pi, que empezó a proyectarse a partir del año 1952, cuando el envío de animales desde la colonia a través de Jonch y de sus círculos empezó a ser habitual.
En este contexto, empezó a establecerse una alianza con el Ayuntamiento de Barcelona para abrir un centro de experimentación zoológica que debería facilitar los envíos. Ikunde, como pasó a denominarse, fue inaugurado oficialmente en 1958, pero sabemos por la correspondencia de Panyella en el archivo del MuEC que los terrenos estaban operativos desde marzo de 1957 (MEB L128_47_02_04). De todas maneras, ningún dato de archivo permite confirmar esta hipótesis.
Posibles clasificaciones alternativas
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Fuentes complementarias
Archivos:
Museu Etnològic i de les Cultures del Món: MEB L128_47_02_04, Caixa 27. Carpeta 1. Subcarpeta 2, Carta d’A. Panyella a F. Ruiz, 12 de març de 1957. Jardí de Bindung.
Arxiu Jordi Sabater Pi_CRAI Universitat de Barcelona: B.4.1.1.2 /317. Correspondència de Sabater Pi amb el Museu de la Pell d’Igualada, al Fons Sabater Pi de la UB, lligall B.4.1.1.2.
Arxiu General de l’Administració de l’Estat (AGA). Ref: caixa 81/11526, expediente de caza; 81/8134, permisos de caza.
Bibliografía:
Antebi, A. et al. (2016). Ikunde. La petjada barcelonina en l’espoli colonial. Dins Andrés Antebi et al., Barcelona, metròpoli colonial (p. 187-220). Barcelona: Ajuntament de Barcelona.
Sant, J. i Gargallo, E. (2021). El petit imperi: Catalans a la colonització de la Guinea Espanyola. Barcelona: Angle.
Reyné Vergeli, J. M. (2023). Ikunde: Animals salvatges de la Guinea Espanyola per al Zoo de Barcelona. Actes d’història de la ciència i de la tècnica, 16, 95-117.